¿Qué es el residuo atencional?

El concepto de “residuo atencional”, introducido por Sophie Leroy en 2009 y popularizado por Cal Newport en 2016, se refiere a la tendencia de nuestra mente a quedarse parcialmente atrapada en la tarea anterior cuando cambiamos de actividad. Este fenómeno afecta negativamente nuestra capacidad de concentración y rendimiento.

En un mundo hiperconectado, donde los dispositivos nos bombardean constantemente con notificaciones, nuestra atención se desgasta de manera continua. Creemos que somos multitarea, pero en realidad estamos trabajando peor y más lentamente.

Síntomas del residuo atencional

Sahil Bloom describe algunos síntomas comunes del residuo atencional:

  • Estás en una reunión, pero sigues pensando en la anterior.
  • Un mensaje de WhatsApp entrante arruina tu concentración.
  • Mientras hablas con alguien, resuena en tu mente el último mensaje que recibiste en el trabajo.

Da igual si el cambio de tarea es grande (de un proyecto a otro) o pequeño (una pausa breve para una tarea menor). El daño a tu productividad es el mismo.

La concentración profunda: el superpoder laboral del siglo XXI

Cal Newport describe la concentración profunda como un superpoder en el mundo laboral moderno. Cultivar esta habilidad puede mejorar significativamente tu productividad y bienestar.

Cómo recuperar el control

Crea una rutina de arranque

Establece una serie de acciones que te ayuden a entrar en modo de concentración. Igual que los telediarios tienen una sintonía de cabecera, busca un ritual que te indique que es hora de trabajar concentrado. Puede ser algo tan sencillo como ordenar tu escritorio, hacer una breve meditación o escuchar una canción específica.

Programa bloques de tiempo enfocado

Bloquea tiempo para ti y tu trabajo concentrado, igual que lo harías para una reunión o comida. Empieza con sesiones breves de 30 minutos y ve aumentando hasta dos o tres horas. Durante estos bloques, evita distracciones y céntrate únicamente en la tarea que tienes entre manos.

Tómate un descanso

Evita las reuniones consecutivas. Deja al menos cinco minutos entre cada una, y mejor si puedes salir a caminar o tomar aire fresco. También puedes hacer respiraciones profundas para despejar tu mente y reducir el residuo atencional.

Aplica la Ley de Parkinson

La Ley de Parkinson dice que el trabajo se expande para llenar el tiempo disponible para su realización. Acota las tareas “vampiro”, como revisar correos electrónicos, a bloques de tiempo fijos y breves. Esto te ayudará a mantener el foco y evitará que estas tareas se apoderen de tu jornada.

La magia de la atención plena

Tomar conciencia del residuo atencional y empezar a combatirlo puede mejorar tu rendimiento y bienestar de manera notable. No se trata de reinventar la rueda, pero sí de hacer pequeños ajustes que te ayudarán a trabajar mejor y sentirte más satisfecho con tus logros.

Combatiendo el residuo atencional y cultivando la concentración profunda, puedes recuperar el control sobre tu productividad y disfrutar de un mejor equilibrio entre tu vida personal y profesional. ¡Empieza hoy mismo y siente la diferencia!